lunes, 6 de agosto de 2012

EL AMOR Y EL PESAR POR LA MUERTE

Afligirse por la muerte de un ser amado es un gran egoísmo, y no hace más que retrasar el bien mayor del cual debería estar gozando el ser amado. El pesar resul­tante de un sentimiento de pérdida es en verdad una rebelión contra la acción de una ley que ha considerado apropiado darle otra oportunidad mayor para descansar y crecer, porque hada en el universo va para atrás: y todo —sin importar la apariencia temporal que pueda tener— se está moviendo hacia adelante hacia una Alegría y Perfección cada vez mayores. La Conciencia Divina en nosotros no puede afligirse y no lo hace, y la parte humana debería saber que nadie puede salirse de este Universo, que tiene que estar en algún sitio mejor que el lugar de donde partió. Si existe un Amor Divino Real y Verdadero, éste nunca puede dejar de existir, y en algún momento y lugar tiene que llevarnos a eso que amamos. En el Verdadero Amor divino no existe la separatividad, y todo aquello que se sienta como un sentimiento de separación no es Amor. El sentimiento de separación es meramente uno de los errores del yo personal en el que continúa viviendo porque no entiende la naturaleza de la Conciencia. DOQUIERA QUE LA CONCIENCIA ESTÉ, ALLÍ ESTARÁ FUNCIO­NANDO EL INDIVIDUO, YA QUE EL INDIVIDUO ES SU CONCIENCIA. 

"Cuando se piensa en un ser amado que ha desencarnado, en realidad se está con dicha persona en el propio Cuerpo Mental Superior en el momento en que su Conciencia está sobre la obra persona. Si el mundo occidental pudiera entender esta Verdad, rompería las cadenas que tanto sufrimiento inútil han causado. Seme­jante aflicción no se debe a otra cosa que al hecho de que la personalidad —especialmente en sentimiento— acepta el cuerpo como si fuera el individuo, en vez de saber que el cuerpo no es más que un vestido que el individuo lleva puesto, todo el mundo debería tener un completo y Eterno Dominio sobre el vestido, y deberla exigirle una Obediencia Perfecta en todo momento. 

"Si en verdad se ama a otra persona, se deseará que el otro esté contento y armonioso. Si mediante la llamada “muerte” el individuo escoge aceptar una mejor oportunidad para expresarse en el futuro, de haber siquiera una leve chispa de Amor, no debería experimentarse ningún pesar ni deseo de sostener a tal persona en un estado de incapacidad, cuando podría avanzara un mayor Alivio y Liberación. 


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